Sus edificios son típicamente del estilo Puuc, con muros bajos lisos sobre los que se abren frisos muy ornamentados a base de representaciones de las cabañas típicas mayas, que se representan por columnillas (en representación de las cañas con las que se construían las paredes de al chozas) y figuras trapezoidales (en representación de los tejados de paja), serpientes enlazadas y, en muchos casos bicéfalas, mascarones del dios de la lluvia, Chaac con sus grandes narices que representan los rayos de las tormentas, y serpientes emplumadas con las fauces abiertas saliendo de los mismos seres humanos. También se aprecia en algunas ciudades influencias de origen nahua y el seguimiento del culto a Quetzalcóatl y Tláloc que se integraron con las bases originales de la tradición Puuc.
Las construcciones aprovechan el relieve del terreno para ganar altura y adquieren volúmenes muy importantes, destacan la Pirámide del Adivino, con cinco niveles, y el Palacio del Gobernador que ocupa una extensión de más de 1.200m².
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