Historia
El parque-museo debe su nombre al lugar en que fueron encontradas las piezas. Y fue desde allí, y mediante gestiones que realizó el poeta Carlos Pellicer desde 1951, que se trasladaron a Villahermosa. Pellicer encontró un lugar ideal para albergar las esculturas monumentales que asombrarían al mundo: ocho hectáreas de selva ubicadas a la orilla de la Laguna de las Ilusiones. Pellicer deseaba
Descripción
En el Parque-Museo La Venta se exhiben 36 piezas de proporciones monumentales -cinco de las cuales se localizan en la sala de acceso, que nos introduce al mundo olmeca a través de paneles informativos- y 33 monolitos, que se encuentran al aire libre, entre los que se destacan: La Cabeza de Jaguar, el Mono Mirando al Cielo, el Jaguar Humanizado, el Gran Altar, el Mosaico de Jaguar, el Rey, la Cabeza Colosal, el Altar con Ofrenda, la Abuela, la Cabeza de Viejo y el Altar del Sacrificio Infantil.Aunque todas ellas proceden de La Venta, fueron elaboradas en distintas fechas, en un lapso no menor de seiscientos años, aunque su distribución en este museo no guarda ningún orden cronológico, sino que se han clasificado en cuatro grupos: altares, estelas, esculturas exentas y las impresionantes cabezas colosales.
La iconografía que muestran estas obras es muy amplia, ya que no sólo nos enseñan las costumbres y el probable tipo físico de los olmecas, sino también su organización social, política y económica.
La visita al museo se inicia con una sala de introducción, en la cual se ubica, por medio de figuras y una maqueta, la zona arqueológica de La Venta dentro del contexto mesoamericano.
Después, se pasa a la parte selvática, que ha sido reproducida en este espacio, donde las esculturas se esparcen entre la vegetación y la hojarasca, así como algunos animales que andan en libertad, como venados, tejones y monos. Hay también jaguares y cocodrilos en cautiverio, de entre estos últimos se encuentra uno muy famoso en Villahermosa, al que llaman "Papillón" porque se ha escapado varias veces del museo, y es no sólo el más viejo, sino el más grande de todos los que ahí habitan.
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